Deuteronomio 8:11-20

11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;
12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,
13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;
14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;
15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;
16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.
18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
19 Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.
20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.

Después de una gran lucha, después de un tiempo de adversidad apremiante, cuando vemos al Señor poner todo nuevamente en orden y el disfrute del cumplimiento de Su promesa sea prolongado en el tiempo… la advertencia está hecha… “Cuídate de no olvidarte de Jehová que te sacó…de mi Egipto, de la casa de aflicción, de la casa de servidumbre.”

Oración: Querido Padre ¡¡ Tanto me conoces!! En los momentos en los que me das paz y abundancia, que fácil es engañarme a mi mismo y pensar que lo logré por mi inteligencia o fuerza o bondad y que me lo merezco. Tú Señor que eres el Rico en Sabiduría, Tú Señor que eres El Fuerte, Tú Señor que eres el único bueno, Tu Señor me diste tu gran Salvación, me formaste como soy, y me diste de acuerdo a tus propósitos, Ayúdame a tenerte presente todo este día en medio de mi corazón … amén!

Autor: Gabriel V.